Para tener una visión muy simplificada y fácil de entender sobre qué es o cómo funciona la Técnica Cráneo-sacral sobre sistema Cráneo-sacral, hagamos el siguiente viaje por el cuerpo:
Nosotros nos alimentamos y bebemos agua. Parte de esa ingesta se trasformará en nuestra sangre que circula por el conocido sistema cardiovascular. Ahora bien, cuando parte de esa sangre tiene que entrar al cráneo para nutrirlo y protegerlo, además la columna, lo hace a través de unas estructuras localizadas dentro del cráneo llamadas plexos coroideos, en los ventrículos craneales. Esa sangre sufre un ultra filtrado y dentro de ese nuevo espacio pasa a llamarse líquido cefaloraquideo, que se repartirá por todo el cráneo y columna. Esa entrada y salida de líquido cefaloraquideo del sistema Cráneo-sacral es el que genera la pulsación o respiración craneal, de 6-12 por minuto, que sintió Dr. Upledger en la intervención quirúrgica, y que fue planteó por Dr. Sutherland al estudiar las suturas craneales.
Bien, es sobre esa pulsación donde trabajamos, valorando las posibles restricciones de ese SCS y sus consecuencias sobre todo el cuerpo.
Los efectos de la TCS se debe en su gran mayoría a la capacidad de autocorrección natural del cuerpo.